Está en la navaja
y está en el cuaderno,
se cae del árbol
antes del invierno.
(La hoja)
Antes éramos lozanas,
en el estío, verdillas,
ahora el viento nos lleva
de un lado a otro, amarillas.
(Las hojas)
Aunque es madre nunca ha parido,
aunque es selva nunca dio abrigo;
nace y no sabe andar
pero enseguida se pone a trepar.
(La madreselva)
De bronce el tronco,
las hojas de esmeralda,
el fruto de oro,
las flores de plata.
(El naranjo)
Verde soy,
verde seré,
no me toques
que te picaré.
(La ortiga)
Mi fruto es el dátil,
mi hoja la palma,
que la vemos mucho
por Semana Santa.
(La palmera)
Los dátiles son mi fruto
y palmas doy a lo bruto.
(La palmera)
Una vieja jorobada
tuvo un hijo enredador,
unas hijas muy hermosas
y un nieto predicador.
(La parra, el sarmiento y la uva)
De mi tronco herido
sacan la resina.
En las piñas guardo
todas mis semillas.
(El pino)
Vive en todas las clases de climas
y de él comen piñones mis primas.
(El pino)
¿Qué es, qué no es?
Está en el jardín,
también en tus pies.
(La planta)
Está en el edificio,
también en la maceta,
la llevas en el pie,
la coges en la huerta.
(La planta)
Alta como un pino,
verde como un lino,
con las hojas anchas
y el fruto amarillo.
(La platanera)
Mi nombre es de peregrino
y tengo virtud notable,
me encuentras en los caminos
y mi olor es agradable.
(El romero)
Siempre se muere escondida
sin dar guerra,
por dar a otros su vida
bajo tierra.
(La semilla/la simiente)
En el origen la respuesta está,
en el fin, continuidad,
y si no dice la verdad,
tienes la réplica ya.
(La simiente)
Verde fue mi nacimiento,
amarillo mi vivir,
en una sábana blanca
me envuelven para morir.
(El tabaco)
Verde fue mi nacimiento,
negra mi mocedad
y ahora me visten de blanco
para llevarme a enterrar.
(El tabaco)
De Caracas vengo,
seco y amarrado,
traigo la sentencia
de morir quemado.
(El tabaco)
Nací en una fina vega,
con esmero me han cuidado,
de una ciudad caribeña
mi apellido han inventado.
(El tabaco habano)