Santiago fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo. Era hijo de Zebedeo y Salomé. Su hermano Juan también fue Apóstol y uno de los cuatro Evangelistas.
«Los nombres de los doce apóstoles son: primero, Simón, llamado Pedro y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el que le traicionó.» Mateo 10, 2-4
Era un pescador israelita que fue llamado por Jesús cuando pescaba con su hermano y su padre:
«Fue más adelante (Jesús), y vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan que estaban también dentro de la barca, remendando sus redes, y al punto los llamó. Ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros le siguieron.» (Marcos 1, 19-20)
Los dos hermanos, Santiago y Juan, debían tener un carácter fuerte porque Jesús los llama "hijos del trueno": «Y designó (Jesús) a doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar con poder de echar los demonios. Designó a estos doce: Simón, a quien llamó Pedro; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes llamó Boanerges, que significa hijos del trueno; ...» (Marcos 3, 14-17)
Predicó el cristianismo en Occidente y evangelizó España. Según la tradición la noche del dos de enero del año 40 se le apareció la Santísima Virgen a orillas del río Ebro en Zaragoza para confortarle ante las dificultades que encontraba para que la gente aceptara el Evangelio. En ese lugar Santiago construyó un pequeño templo, origen de la Basílica del Pilar de Zaragoza.
Cuando regresó a Palestina fue decapitado por Herodes Agripa, alrededor del año 44 d. C. Es el primer Apóstol que muere mártir: «Por entonces el rey Herodes prendió a algunos de la Iglesia para maltratarlos. Hizo morir a espada a Santiago, hermano de Juan.» (Hechos de los Apóstoles 12, 1-2)
Su cuerpo fue recogido por dos de sus discípulos y embarcado en una pequeña nave en el puerto de Jaffa que por sí sola arribó a las costas gallegas y remontó el río Ulla hasta Padrón, siendo enterrado al pie del monte Libredón. Las guerras y la despoblación hicieron que este lugar fuera, poco a poco, cayendo en el olvido.
A principios del siglo IX el ermitaño Pelayo observó que unas extrañas estrellas alumbraban un lugar en el bosque Libredón. Avisó al Obispo de Iria Flavia, Teodomiro, que identificó el lugar como el sepulcro del Apóstol Santiago y de sus discípulos Atanasio y Teodoro y lo comunicó al rey Alfonso II, el Casto, que ordena levantar una primera y modesta Basílica, llamada de Antealtares, que fue consagrada en el año 834 y un Monasterio encomendado a los Benedictinos.
El Papa León es informado y la noticia se difunde rápidamente por todo el mundo cristiano. Aquel lugar se convierte, poco a poco, en Compostela, cuyo nombre deriva de «Campus Stellae» en alusión a las estrellas que permitieron el descubrimiento. El año 899 se consagró una Basílica mayor que la anterior, mandada construir por Alfonso III. La tumba del Apóstol Santiago se convirtió en un punto de referencia para toda la cristiandad y comenzaron las peregrinaciones a Santiago de Compostela.
El año 844 ocurrió otro fenómeno sobrenatural que ensalzaría aún más la figura del Apóstol Santiago. En la batalla de Clavijo, cerca de Logroño, el Rey Ramiro I de Asturias se enfrentaba, en clara desventaja numérica, a las tropas musulmanas de Abderramán II. En medio de la batalla apareció el Apóstol Santiago a lomos de un caballo blanco, armado con una espada, luchando y venciendo a los moros.
El año 997 Almanzor entra en Compostela y arrasa el templo, aunque respeta la tumba del Apóstol. Su caballo abreva en la fuente de la Iglesia y las campanas de la Basílica son transportadas a hombros de prisioneros cristianos hasta Córdoba.
Posteriormente se reconstruye la Basílica. Durante el Siglo XI se produce un gran auge de las peregrinaciones a Santiago facilitado por las numerosas hospederías, hospitales, iglesias, monasterios y abadías que pone en marcha la Orden de Cluny, favoreciendo el viaje del peregrino.
En 1095 el Obispo de Compostela don Diego Gelmírez consigue que el Papa Urbano II traslade la sede episcopal desde Iria Flavia a Compostela con categoría de "sede apostólica", al igual que Roma.
El Codex Calixtinus o Liber Sancti Iacobi es un manuscrito del Siglo XII cuyo original se encuentra en la Catedral de Santiago. Está estructurado en cinco libros. El libro quinto es la "Guía del Peregrino" atribuida al clérigo francés Aymeric Picaud que describe detalladamente los santuarios de la ruta, la hospitalidad de las gentes, la comida, las fuentes, los ríos, las costumbres locales, etc.
El Papa Calixto II en 1122 instituyó la gracia del Año Santo Jacobeo (o Compostelano). Posteriormente Alejandro III en su Bula "Regis Aeterni" (1179) concede a perpetuidad el privilegio del Jubileo (Año Santo) a aquellos años en que la festividad de Santiago (25 de julio) coincida en domingo, resultando una periodicidad de 6-5-6 y 11 años (1982, 1993, 1999, 2004, 2010, 2021...).
Comienza así la etapa dorada de las peregrinaciones a Santiago. El santuario se convierte en el más visitado del mundo cristiano, superando a Roma y Jerusalén. Santos, reyes, nobles, caballeros, burgueses, artesanos y campesinos, con o sin cortejo, a pie o a caballo, peregrinan a Compostela. Un embajador del emir Alí Ben Yusuf comentaba asombrado en el Siglo XII: «Es tan grande la multitud de peregrinos que van a Compostela y de los que vuelven, que apenas queda libre la calzada hacia Occidente».
A finales del siglo XIV y durante el XV, las peregrinaciones comienzan a decaer por la peste y las guerras. Los caminos ya no son seguros y los monasterios carecen de medios para atender a los peregrinos.
Alrededor de 1587 el Arzobispo de Santiago, San Clemente, ante las amenazas de los ataques de los piratas ingleses, mandados por sir Francis Drake, a las costas gallegas con la intención de destruir Santiago, ocultó las reliquias del Apóstol que estuvieron perdidas durante 300 años. Este hecho supuso la casi desaparición de las peregrinaciones.
En 1879 se redescubren los restos del Apóstol. En 1878, el Cardenal Payá y Rico realizó unas reformas en el altar mayor de la Catedral . La noche del 28 de enero de 1879 los trabajadores perforaron una bóveda y encontraron una urna con los esqueletos de tres varones. El Papa León XIII por medio de la Bula "Deus Omnipotens" anuncia a todo el mundo católico el descubrimiento de los restos del Apóstol lo que hace que comiencen de nuevo las peregrinaciones a Santiago.
La ciudad de Santiago de Compostela es declarada "Bien Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO en 1985.
Las vías principales del Camino de Santiago o Ruta Jacobea son declaradas en 1987 "primer Itinerario cultural Europeo" por el Consejo de Europa y "Bien Patrimonio de la Humanidad" por la UNESCO en 1993.
El Papa Juan Pablo II peregrina a Santiago el Año Santo Compostelano de 1982 y posteriormente en 1989 con motivo del Día Mundial de la Juventud:
«Yo, Obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal desde Santiago te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: vuelve a encontrarte, sé tu misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Revive aquellos valores auténticos que hicieron gloriosa tu historia y benéfica tu presencia en los demás continentes. Reconstruye tu unidad espiritual en un clima lleno de respeto a las otras religiones y a las genuinas libertades...» Juan Pablo II, Santiago de Compostela, 1982.
«Para nosotros igual que para los peregrinos que nos han precedido en épocas pasadas este camino expresa un profundo espíritu de conversión. Un deseo de volver a Dios. Un camino de purificación y de penitencia, de renovación y de reconciliación» Juan Pablo II, Santiago de Compostela, 1989.