El romance del Conde Olinos es uno de los romances más populares del romancero español. Es un romance medieval del que se conocen más de setenta versiones. Narra una trágica historia de amor prohibido, entre una Princesa y un Conde, con un final feliz, más allá de la muerte. Por eso, Menéndez Pidal lo califica con el título de «Amor más poderoso que la Muerte».
Caminaba el Conde Olinos,
mañanitas de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
A las orillas del mar.
A dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
Mientras su caballo bebe,
canta un hermoso cantar;
las aves que iban volando
se paraban a escuchar.
Se paraban a escuchar.
Las aves que iban volando
se paraban a escuchar.
- Bebe mi caballo bebe,
Dios te me libre del mal,
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
Y de las furias del mar.
De los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
Desde la torre más alta
la Reina le oyó cantar.
- Mira hija, como canta
la sirenita del mar.
La sirenita del mar.
- Mira hija, como canta
la sirenita del mar.
- No es la sirenita, madre,
que ésa tiene otro cantar;
es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.
Que por mí penando está.
Es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.
- Si es la voz del Conde Olinos
yo le mandaré matar;
que para casar contigo
le falta sangre real.
Le falta sangre real.
Que para casar contigo
le falta sangre real.
- No le mande matar, madre,
no le mande usted matar;
que si mata al Conde Olinos
a mí la muerte me da.
A mí la muerte me da.
Que si mata al Conde Olinos
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la Reina
al Conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
Y echen su cuerpo a la mar.
Que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina, con gran pena,
no cesaba de llorar.
Él murió a la media noche
y ella, a los gallos cantar.
Y ella, a los gallos cantar.
Él murió a la media noche
y ella, a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
Unos pasos más atrás.
Y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él, un espino albar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
Los dos se van a juntar.
Crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
No cesaba de llorar.
El galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella naciera una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos se van a posar.
Juntos se van a posar.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos se van a posar.
Melodía versión de Soto en Cameros (La Rioja, España)
Paco Ibañez. Romance del Conde Niño