¿Quieres que te cuente un cuento?
Pues aquí tienes un ciento.
Yemly Figueredo
Érase una bruja enana que una noche vio pasar
en escoba a sus hermanas y un plumero fue a comprar.
Era un rey tan presumido que llamaban «Pesetón»
y a la bruja del plumero le propuso esta misión:
«Anda y acaba con la diversión,
al parque, candado, sin mas discusión.
¡Ponle candado. Ponle candado!» (¡Pum!)
Viene llegando el rey Pesetón... (pupupú, pupupú)
(le puedes tirar una cáscara de melón)
- Ábrete candado sin la bruja del plumero
que los duendes han dejado en mi parque su llavero.
Vienen magos, trovadores y también titiriteros.
El llavero ya está listo dijo el duende «Sabemás»
y después lanzó un chiflido avisando a los demás (fiufiu)
Que tareco tan gigante que lo carga solo un buey,
pero vamos adelante para destronar al rey.
A levantarle todos a la vez,
respiren profundo cuando diga «tres».
¡Manos arriba!, ¡Suban los brazos! (huyyyy)
(dieron un paso, pero al revés...
¡puchicu cuchu ay!
reguero de duendes al piso fue)
- Ábrete candado sin la bruja del plumero
que los duendes han dejado en mi parque su llavero.
Vienen magos, trovadores y también titiriteros.
Este cuento no termina porque siempre va a empezar
con la llave que imaginas cuando tú quieres pasar
y ese rey es mentecato porque le tocó perder
con figura de boniato cocinado desde ayer.
y...
- Ábrete candado sin la bruja del plumero
que los duendes han dejado en mi parque su llavero.
Vienen magos, trovadores y también titiriteros.