Juan Valera
Había en la feria de Mairena un cobertizo formado con esteras viejas de esparto; la puerta tapada con no muy limpia cortina, y sobre la puerta un rótulo que decía con letras muy gordas:
Atraídos por la curiosidad, y pensando que iban a ver un animal rarísimo, traído del centro del África o de regiones o climas más remotos, hombres, mujeres y niños acudían a la tienda, pagaban la entrada a un gitano y entraban a ver la Karaba.
- ¿Qué diantre de Karaba es esta? -dijo enojado un campesino.
- Esta es una mula muy estropeada y muy vieja.
- Pues por eso es la Karaba, -dijo el gitano- porque araba y ya no ara.