Se juega al aire libre y participan cinco niños.
Antes de comenzar se delimita el campo de juego que deberá ser de forma más o menos cuadrada y con cuatro esquinas, rincones, columnas, postes, árboles u otro lugar señalado.
Cuatro jugadores se sitúan en las «cuatro esquinas» y el que se la queda se
coloca en el centro del cuadrado y deberá arrebatarle una esquina a cualquiera de los otros cuatro, que se intercambian sus puestos entre sí desplazándose de una esquina a otra.
Cuando lo consiga el jugador que se haya quedado sin esquina pasará a ocupar el centro del cuadrado y se reanuda el juego.