(Anónimo)
A un capitán sevillano
siete hijas le dio Dios
y tuvo la mala suerte
que ninguno fue varón.
Un día la más pequeña
le cayó la inclinación
de que se fuera a la guerra
vestidita de varón.
- Hija, no vayas, no vayas,
que te van a conocer,
llevas el pelo muy largo
y dirán que eres mujer.
- Padre, si lo llevo largo,
padre, córtemelo usted
que con el pelo cortado
un varón pareceré.
Siete años en la guerra
y nadie la conoció.
Un día al subir al caballo
la espada se le cayó
y en vez de decir maldito,
dijo, ¡maldita sea yo!
El rey que la estaba oyendo
a palacio la llevó;
arreglaron los papeles
y con ella se casó.
Aquí se acaba la historia
de la niña y el varón.
La doncella guerrera. Joaquín Díaz
En Sevilla a un sevillano